Construyendo picsel
En agosto de 2025, picsel superó por primera vez los 300 dólares de revenue mensual y más de 4,2 millones de pesos en ventas en un solo mes. Para muchos puede sonar a un número chico, pero para mí fue un hito personal enorme. Porque detrás de esa cifra hay años de idas y vueltas, aprendizajes, pausas y relanzamientos. Quiero aprovechar este momento para contar la historia de cómo nació, cuáles fueron los desafíos y hacia dónde quiero llevarlo.
El origen: una ola en Brasil
La chispa de picsel apareció lejos de la computadora, en un viaje de surf a Brasil con mi pareja y amigos. Después de correr unas olas en Praia do Rosa, salí del agua con esa mezcla de adrenalina y felicidad que te da el surf. Busqué la mirada cómplice de alguien que hubiera visto la ola… y en vez de eso apareció un fotógrafo que me dijo: “Tengo una foto tuya, anota el número y te paso el link”.
Cuando fui a buscarla, me encontré con 400 fotos desordenadas, procesos engorrosos y, para peor, la dificultad de pagarle al fotógrafo. Tuvimos que cruzarnos en el centro del pueblo y darle efectivo en reales para que nos mandara los archivos sin marca de agua. La experiencia fue pésima.
Esa idea quedó dando vueltas en mi cabeza: ¿cómo puede ser que en pleno 2023 todavía sea tan difícil para un surfista conseguir su foto y para un fotógrafo cobrar por su trabajo? Cuando volví a Mar del Plata, me puse a programar un prototipo para resolver justo eso.
El primer MVP
Con un stack experimental (HTMX y tecnologías que quería probar), armé la primera versión de Picsel en pocas semanas. El flujo era sencillo: subir fotos, ponerles marca de agua automática, compartir un link y permitir que cualquiera pudiera comprarlas en tres clics con Mercado Pago.
En ese momento se sumó Berti, mi socio en otros proyectos y ex CTO de belo. Juntos terminamos el MVP a fines de 2023. Al poco tiempo estaba tomando café con fotógrafos de Mar del Plata para mostrarles la app. El feedback fue claro: “Está buena, pero todavía no funciona del todo”. Esa primera validación fue suficiente para seguir adelante, aunque también dejó en evidencia lo mucho que faltaba mejorar.
Pausa y reencuentro
El 2024 fue un año en el que casi no toqué el proyecto. A raíz de unos cambios en Decentraland, tuve que asumir más responsabilidad en mi rol y poner mi foco ahí.
Pero a fines de ese año, el boom de las herramientas de inteligencia artificial me volvió a despertar las ganas. Empecé a experimentar con Cursor para acelerar el desarrollo y, junto con Berti, migramos el stack a Astro, con el objetivo de convertir el proyecto en algo más amigable con el tooling de IA en ese momento. Durante todo ese tiempo picsel no gastó un solo peso en infraestructura: aprovechamos al máximo free tiers como Fly.io, Resend, Turso y otros. Fue una gran lección: hoy podés validar un producto completo sin gastar un centavo.
El relanzamiento en 2025
En marzo me casé y en la luna de miel volví a pensar en el proyecto. Decidí meterme de lleno. A partir de Mayo de 2025 la cosa empezó a despegar:
- Mayo: agregué descuentos por cantidad de fotos y llegamos a $20.000 en ventas.
- Junio: sumé búsqueda por rostro y por número de camiseta. Los ingresos escalaron a $50.000.
- Julio: $800.000. Mejoramos la marca de agua y el proceso de subida en general.
- Agosto: $4.200.000 y más de 5 millones acumulados en el año.
La tracción era real. Después de tanto tiempo, el producto estaba resolviendo un problema concreto y los fotógrafos empezaban a adoptarlo.
Qué sigue para picsel
Hoy cobramos una comisión del 10% por venta, pero sé que ese esquema no escala bien para fotógrafos con alto volumen. Quiero trabajar en un plan de pricing más justo y progresivo, que acompañe a quienes más venden.
También quiero que la plataforma deje de crecer solo con mensajes directos míos y empiece a tener una marca reconocible y canales de adquisición propios. Y, claro, me entusiasma mucho el objetivo de internacionalizar: llevarlo primero a toda Latinoamérica y después al resto del mundo. Porque el problema que resolvemos no es exclusivo del surf en Mar del Plata: existe en cualquier deporte, en cualquier playa, en cualquier maratón.
Reflexión final
Lo más lindo de todo este proceso es que algo que empecé como un proyecto personal, casi un experimento, hoy está siendo útil para fotógrafos y deportistas reales.
Como programador, creo que el sueño siempre es el mismo: hacer un producto que resuelva un problema concreto y que la gente valide con su uso. Hoy puedo decir que picsel empezó a hacerlo. Y eso me llena de energía para seguir construyendo.